Bueno este
post lo quiero dedicar a la gracia de DIOS, en mis devocionales,
donde acostumbro a dedicarle mi tiempo a DIOS, donde busco algo nuevo
para mi vida, algo nuevo para crecer, me di cuenta de que todavía no
había comprendido uno de los principios más importantes de la vida cristiana,
su Gracia.
Unos de mis grandes problemas es
que yo soy una persona algo perfeccionista, quizá te sientas
identificado conmigo, al decir verdad, soy una persona orgullosa y por más que
trato de hacer las cosas excelentes para DIOS, siempre me equivoco en
algo, siempre terminaba en pecado, quizá te pase lo
mismo, quizá tienes ese corazón que desea agradar a DIOS en
todo que desea servirle, que te gustaría hacer las
cosas excelentes y cuando tropiezas, cuando te caes, viene sobre ti
una gran decepción, una decepción que no solo es por haberte equivocado
con DIOS, sino que te frustras porque tú has fallado de nuevo.
Eso era lo que
estaba pasando conmigo. Una vez tras otra le fallaba a DIOS, muchas veces
tropezaba con la misma piedra más de una vez. Esto para un corazón orgulloso
como el mío, era totalmente como una patada en el hígado, y al volver al
levantarme no me levantaba con mis ojos en DIOS, sino que pedía perdón, pero me
levantaba con el objetivo de no volverme a caer, tiempo después volvía a caer,
de verdad eso me estaba frustrando, al tal punto de que pasaba días que no
buscaba de DIOS, no oraba, no ayunaba, porque no me sentía apto, no me sentía
santo, me sentía como sí estuviera tomándole el pelo a la palabra de DIOS, como
si abusara del perdón como si fuera un juego, un juego en el que despreciaba el
perdón como si fuera algo rutinario, como si pidiera perdón solo para
equivocarme de nuevo y eso estaba rompiendo mi relación con DIOS. Pasado el
tiempo tuve un día en el cual me rendí a DIOS y le confesé que no podía más,
que por más que intentará siempre terminaba en el mismo lugar, que por más que
pensara que todo estaba bajo mi control, no conseguía más que tener el control
de volverme a equivocar. Y fue ahí en el medio del desahogo de un corazón
quebrantado que Dios pudo hablar a mi corazón, en ese lugar (Isa 57:15) donde mi orgullo cayó en pedazos, donde mi
fortaleza se transformó en mi debilidad, fue ahí donde Dios me dijo (2Co 12:9 Y El
me ha dicho: "Te basta Mi gracia, pues Mi poder se perfecciona en la
debilidad." Por tanto, con muchísimo gusto me gloriaré más bien en mis
debilidades, para que el poder de Cristo more en mí.), (Rom 11:6 Pero si es por
gracia, ya no es a base de obras, de otra manera la gracia ya no es gracia…)
que no importará lo que hiciera, no sería salvo por eso, sino por mi fe, mi fe
en un Dios que salva, que perdona, en un Dios que me dice que su gracia me
basta, por ese Dios que mando a su hijo a morir por mi en una cruz para que mis
pecados fueran borrados, por esa fe. Cuando entendí que su amor y misericordia
por mi no dependía de lo que hacía un gran peso se cayó de mis espaldas, en ese
momento traía a memoria el pasaje que se encuentra en cualquiera de los
evangelios, pero como referencia les dejaré Luc 22:54, es ahí cuando Pedro
niega a Jesús 3 veces, y después de eso Jesús aun así volvió a su encuentro en
el mismo lugar donde lo había encontrado por primera vez y vuelve hacer el
mismo milagro en su vida, encontrándose con él Jesús le pregunta a Pedro si le
ama, y a las 3 contestaciones de Pedro, Jesús lo manda a hacer para lo que fue
llamado, predicar y pastorear. Ahí entendí que Dios ya sabe cuantas veces voy a
fallar antes que cante cualquier gallo, Dios ya sabe la motivación de mi
corazón y aun así solo me pide una
cosa, corresponde para lo que te llamé
porque mi gracia te basta.
Para terminar, quiero que si
te sentiste identificado con algo de lo que escribí, entra a tu cuarto, busca
en oración la presencia de Dios y humíllate, quiebra tu orgullo admite lo vil y
menospreciado que eres porque es eso lo que usará para gloriar su nombre,
recuerda nuestra debilidad es su fortaleza, deja de pensar que tu tienes el
poder y entrega tu vida al Señor ¡para que él sea el alfarero de tu vida, para
que él te enseñe como seguirle, como servirle y como vivir!
¡Busca siempre la santidad en él! Es cierto
que su gracia te basta, pero no puedes pecar, pensando que su gracia te
salvara, pon todo de ti un día tras otro para ser cada día más parecido con el
carácter de Cristo. El Señor dijo el que quiere seguirme, tome su cruz y
sígame, toma tu cruz y adelante!
Muchas gracias por visitar mi Blog y leer estas líneas.
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