miércoles, 29 de febrero de 2012

La Gracia.


Bueno este post lo quiero dedicar a la gracia de DIOS, en mis devocionales, donde acostumbro a dedicarle mi tiempo a DIOS, donde busco algo nuevo para mi vida, algo nuevo para crecer, me di cuenta de que todavía no había comprendido uno de los principios más importantes de la vida cristiana, su Gracia.

Unos de mis grandes problemas es que yo soy una persona algo perfeccionista, quizá te sientas identificado conmigo, al decir verdad, soy una persona orgullosa y por más que trato de hacer las cosas excelentes para DIOS, siempre me equivoco en algo, siempre terminaba en pecado, quizá te pase lo mismo, quizá tienes ese corazón que desea agradar a DIOS en todo que desea servirle, que te gustaría hacer las cosas excelentes y cuando tropiezas, cuando te caes, viene sobre ti una gran decepción, una decepción que no solo es por haberte equivocado con DIOS, sino que te frustras porque tú has fallado de nuevo.
 Eso era lo que estaba pasando conmigo. Una vez tras otra le fallaba a DIOS, muchas veces tropezaba con la misma piedra más de una vez. Esto para un corazón orgulloso como el mío, era totalmente como una patada en el hígado, y al volver al levantarme no me levantaba con mis ojos en DIOS, sino que pedía perdón, pero me levantaba con el objetivo de no volverme a caer, tiempo después volvía a caer, de verdad eso me estaba frustrando, al tal punto de que pasaba días que no buscaba de DIOS, no oraba, no ayunaba, porque no me sentía apto, no me sentía santo, me sentía como sí estuviera tomándole el pelo a la palabra de DIOS, como si abusara del perdón como si fuera un juego, un juego en el que despreciaba el perdón como si fuera algo rutinario, como si pidiera perdón solo para equivocarme de nuevo y eso estaba rompiendo mi relación con DIOS. Pasado el tiempo tuve un día en el cual me rendí a DIOS y le confesé que no podía más, que por más que intentará siempre terminaba en el mismo lugar, que por más que pensara que todo estaba bajo mi control, no conseguía más que tener el control de volverme a equivocar. Y fue ahí en el medio del desahogo de un corazón quebrantado que Dios pudo hablar a mi corazón, en ese lugar (Isa 57:15) donde mi orgullo cayó en pedazos, donde mi fortaleza se transformó en mi debilidad, fue ahí donde Dios me dijo (2Co 12:9  Y El me ha dicho: "Te basta Mi gracia, pues Mi poder se perfecciona en la debilidad." Por tanto, con muchísimo gusto me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí.), (Rom 11:6  Pero si es por gracia, ya no es a base de obras, de otra manera la gracia ya no es gracia…) que no importará lo que hiciera, no sería salvo por eso, sino por mi fe, mi fe en un Dios que salva, que perdona, en un Dios que me dice que su gracia me basta, por ese Dios que mando a su hijo a morir por mi en una cruz para que mis pecados fueran borrados, por esa fe. Cuando entendí que su amor y misericordia por mi no dependía de lo que hacía un gran peso se cayó de mis espaldas, en ese momento traía a memoria el pasaje que se encuentra en cualquiera de los evangelios, pero como referencia les dejaré Luc 22:54, es ahí cuando Pedro niega a Jesús 3 veces, y después de eso Jesús aun así volvió a su encuentro en el mismo lugar donde lo había encontrado por primera vez y vuelve hacer el mismo milagro en su vida, encontrándose con él Jesús le pregunta a Pedro si le ama, y a las 3 contestaciones de Pedro, Jesús lo manda a hacer para lo que fue llamado, predicar y pastorear. Ahí entendí que Dios ya sabe cuantas veces voy a fallar antes que cante cualquier gallo, Dios ya sabe la motivación de mi corazón  y aun así solo me pide una cosa,  corresponde para lo que te llamé porque mi gracia te basta.

Para terminar, quiero que si te sentiste identificado con algo de lo que escribí, entra a tu cuarto, busca en oración la presencia de Dios y humíllate, quiebra tu orgullo admite lo vil y menospreciado que eres porque es eso lo que usará para gloriar su nombre, recuerda nuestra debilidad es su fortaleza, deja de pensar que tu tienes el poder y entrega tu vida al Señor ¡para que él sea el alfarero de tu vida, para que él te enseñe como seguirle, como servirle y como vivir!

 ¡Busca siempre la santidad en él! Es cierto que su gracia te basta, pero no puedes pecar, pensando que su gracia te salvara, pon todo de ti un día tras otro para ser cada día más parecido con el carácter de Cristo. El Señor dijo el que quiere seguirme, tome su cruz y sígame, toma tu cruz y adelante!

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